Tillandsias (Semillas)

Las Tillandsias (Hijas del aire) son plantas ideales para combinar con las orquídeas y una de las formas más sencillas de que se encuentren a gusto es montarlas sobre una rama de alcornoque, roble o vid, formando grupos vistosos con sus variados tonos grises y verdosos. Nuevas plantas se irán formando en la base en poco tiempo y además muchas de ellas florecen con cierta facilidad, con espigas de flores generalmente de tonos azulados intensos que destacan vivamente entre sus finas hojas. En las fotografías un grupo de Tillandsias en el orquideario  y el detalle de unas plantas que tras la floración están formando las semillas. En las del final las espigas florales desarrollándose en primavera.

 FRUCTIFICACIÓN DE TILLANDSIAS (AGOSTO 2013)

Son plantas epifitas realmente especiales, muy decorativas y de fácil cuidado. El género fue nombrado por Carlos Linneo en 1738 refiriéndose al médico y botánico finlandés Dr. Elias Tillandz (1640/1693). Popularmente se las conoce como "hijas del aire", "claveles del aire" o "atrapanieblas". Las de color verde necesitan menos luz y más humedad y pueden cultivarse directamente en macetas con tierra o cubriendo las raíces con musgo y fijándolas a un soporte. Las de color gris necesitan más luz y menos riego y humedad, aunque no es recomendable el sol directo en la época veraniega. Conviene pulverizarlas con frecuencia y mantener una luz suave y ambiente húmedo en general. Las raíces les sirven sólo de soporte y las de color grisáceo se nutren a través de unas células (Tricomas) que recubren sus hojas y con las que absorben la lluvia o la niebla y a la vez se protegen de la luz solar. El rango de temperaturas puede ir entre 9 y 34 grados para la mayoría, aunque algunas soportan tempetaruras más bajas. 

La forma más fácil de reproducirlas es por la división de los hijuelos que suelen crecer en la base de la planta madre, aunque si no  se retiran forman bonitas matas muy decorativas. En algunos lugares suelen colocarse cerca de los ordenadores ya que se les atribuye la capacidad de "limpiar y purificar el ambiente" absorbiendo ondas electromagnéticas y otras energías potencialmente peligrosas.

 

LAS ESPIGAS FLORALES EN PRIMAVERA, A PUNTO DE FLORECER (ABRIL 2013)