En la entrada del 2 de septiembre están los detalles de la preparación casera del mantillo de hojas de roble, un sustrato ligero, poroso y nutritivo, ideal para las orquídeas terrestres que viven en suelos parecidos en los bosques, a los pies de los árboles donde se descomponen lentamente las hojas caídas. Han transcurrido aproximadamente 18 meses desde que empezó el proceso de compostaje, el volumen de las hojas ha ido menguando a medida que se transformaban y el resultado es el que se ve en la foto inferior.
Una vez recogido el sustrato resultante, conviene desmenuzarlo con las mano y cribar el material para retirar los trozos de hojas compactadas que aún no se han descompuesto totalmente. Estos materiales los volveremos a colocar en el fondo de la malla utilizada para el compostaje, en contacto directo con el suelo. Servirán para activar el proceso cuando echemos nuevas hojas, por el alto contenido en bacterias y mircroorganismos, no siendo necesario así el aporte de acelerantes de compost químicos. Si empezáis de cero, podéis sustituirlo por unas paletadas de tierra ya descompuesta del lugar donde recojáis las hojas de los robles (hayas, encinas u otros árboles similares).
Podéis recoger algunas lombrices de tierra del jardín o de alguna huerta cercana o terreno húmedo donde abundan y echarlas al montón de compost, ellas contribuirán al procesamiento de las hojas que, como hemos comentado, viene a durar entre 15 y 24 meses, en función del tipo de hoja, la humedad ambiental, la colocación del montón y los cuidados dispensados, básicamente mantenerlo húmedo y removerlo cada cierto tiempo para facilitar la aireación del montón y la mezcla de los materiales. Coloca en el fondo unos 10 cms. de trozos de ramas de distinto grosor para facilitar el drenaje. Si tienes chimenea de leña puedes añadir un poco de ceniza, en cantidades pequeñas y bien mezcladas que aportarán potasio que fortalecerá las plantas frente a enfermedades y ayudará al buen desarrollo de flores y semillas. Algunos géneros que gustan del mantillo de hojas son: Ansellia, Bifrenaria, Bletia, Calanthe, Catasetum, Coryanthes, Cycnoches, Cymbidium, Cyrtopodium, Disa, Elleanthus, Euchile, Eulophia, Habenaria, Jumellea, Ludisia, Myrmecophila, Oeceoclades, Paphiopedilum, Phaius, Phragmipedium, Pleione, Sobralia, Spathoglottis, Spiranthes, Vanilla o Zygopetalum.
Para utilizarlo, mézclalo, dependiendo de la especie, con algo de arena gruesa de río, bien lavada, trozos de corteza de pino pequeños y desmenuzados y algo de carbón vegetal. No necesitan sphagnum, pues el mantillo retiene suficiente humedad y el aporte de fertilizantes también debe ser menor, porque el sustrato contiene suficientes nutrientes al menos para el primer año de siembra. Es un proceso lento, pero no requiere mucho esfuerzo ni espacio, basta medio metro cuadrado de tierra de jardín sobre el que amontonar las hojas secas recogidas y un poco de malla plástica para hacer el contenedor en un sitio ligeramente sombreado. Es un proceso de reciclaje natural que tus orquídeas te agradecerán creciendo sanas y fuertes en este nutritivo sustrato.
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