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viernes, 16 de noviembre de 2012

Zygopetalum (Multiplicación por división)

En la Entrada anterior tienes consejos para el cuidado de estas bonitas plantas, aquí puedes ver fotos de la división de un Zygopetalum híbrido en dos grupos de 5 y 3 pseudobulbos. Es una planta comprada hace 2 años que ocupaba ya toda la maceta y con el sustrato bastante degradado. Las hojas tienen muchas marcas porque son unas de las preferidas por los caracoles y babosas.
 
 
 

Intenta separar los dos grupos de pseudobulbos con las manos y si lo ves difícil utiliza una tijera o un cúter limpios y afilados y corta el cepellón de modo que al menos queden 3 en cada grupo. Retira todo el sustrato viejo y corta las raíces en mal estado y si son muy largas puedes recortar también un poco los extremos. Utiliza un fungicida o espolvorea canela en polvo sobre los cortes. Si optas por trasplantar sin dividir la planta utiliza una nueva maceta grande (a diferencia de la mayoría de las orquídeas que se replantan en la misma maceta o una nueva de igual tamaño), ya que los Zygopetalum crecen bastante rápido. Sitúa los pseudobulbos viejos pegados a la pared del tiesto, para que los nuevos tengan sitio suficiente para crecer y no los riegues durante los primeros 10 días. 

Zygopetalum (Grandes flores aromáticas)

Los Zygopetalum son un género establecido en 1827 por William Hooker, compuesto por una veintena de especies que crecen en los bosques húmedos de América del Sur, alguas especies son epífitas y otras terrestres. Se han desgajado unas 5 especies ligeramente diferentes que forman el género Zygosepalum, establecido en 1863 por Heinrich Gustav. Son orquídeas muy recomendables, pero es poco frecuente encontrarlas a la venta. A cambio, puedes localizar fácilmente en los Centors de Jardinería híbridos muy bonitos y fáciles de cuidar.
 

 
 
Llaman la atención por sus grandes y hermosas flores cerosas de colores brillantes, con pétalos y sépalos iguales y un gran labelo generalmente de tonos púrpuras y granates, con frecuencia aromáticas. Son plantas muy resistentes y requieren unos cuidados sencillos: colócalos en un lugar con buena luz, incluso en primavera y verano puedes colocarlos en el exterior, a resguardo del sol directo. Riégalos con moderación, pero sin que se seque el sustrato completamente entre riegos, excepto en invierno que conviene mantenerlos casi secos. Fertilízalos ligeramente cada dos semanas. Les basta una humedad en torno al 50%, con buena ventilación y una temperatura que no baje de 15 grados en invierno y no supere, a ser posible, los 25 en verano. Son plantas de invernadero generalmente templado. Trasplántalos cada dos años, utiliza macetas grandes pues crecen rápidamente y utiliza un sustrato a base de cortezas de pino pequeñas, algo de turba fibrosa, arena gruesa de río, poliestireno expandido y sphagnum. No entierres muchos los pseudobulbos, pues son sensibles a la pudrición.
 



 
Las flores duran fácilmente hasta 2 meses y son muy vistosas. No las mojes al regarlas porque se estropean fácilmente. También puedes utilizarlas para arreglos florales porque duran mucho después de cortadas.

Sanear raíces de orquídeas en mal estado

Los trasplantes de las orquídeas se realizan básicamente por dos razones: porque la planta ha ido creciendo y ya desborda ampliamente el soporte o porque si no se hace, los sustratos se van degradando, se compactan e impiden un buen drenaje y el exceso de humedad acaba axfisiando y pudriendo las raíces. Las Phalaenopsis son un buen ejemplo de esto, ya que la única forma de acabar con ellas es ahogándolas literalmente, si no, malvivirá y no florecerá, pero seguirá aguantando. En las fotografías de abajo a la izquierda, se ve el estado de dos plantas abandonadas a su suerte varios años con las raíces totalmente estropeadas y a la derecha, el proceso de saneamiento. No tengas miedo, corta todas la raíces estropeadas y deja sólo las que al tacto estén duras, es preferible que se quede con un par de ellas sanas a mantener raíces estropeadas que sólo son una fuente de enfermedades.



Utiliza herramientas limpias y bien afiladas, sin hacer desgarros y aplica un fungicida en los cortes. Luego ponla en un sustrato nuevo sin regarla durante varios días. Asombrosamente, en muchos casos las plantas acaban recuperándose e incluso vuelven a florecer. 

En las fotos inferiores se ve la longitud sorprendente que acaban tomando las raíces, enrollándose en torno a la maceta. (izquierda Phalaenopsis y a la derecha Dendroblum). Al trasplantarlas hay que quitar todo el sustrato viejo y desenrrollar las raíces. En algunos casos, pueden recortarse los extremos (por ejemplo en los Cymbidium híbridos que se hacen verdaderos arbustos) para facilitar el trasplante, a ser posible siempre en la misma maceta o una nueva de igual tamaño, pues la mayoría se sienten a gusto con las raíces apretadas. Una vez colocada una capa de drenaje en el fondo (arlita, foam, gravilla, etc.) echa un poco de sustrato y acomoda las raíces girando la planta en el proceso como si apretásemos un tornillo y echando sustrato poco a poco, dando ligeros golpecitos con la maceta sobre la mesa para que se acomode y rellene los huecos entre las raíces. Si son plantas altas sitúa algún tutor de apoyo y fija las plantas suavemente con alambre plastificado o anillas de plástico.
  

Si las plantas son muy grandes con numerosos pseudobulbos puedes optar por mantenerla formando un bonito espécimen o bien aprovechar para dividirla en grupos de al menos 3 ó 4 pseudobulbos y plantarlas por separado.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Maxillaria rufescens (Multiplicación por división)

Las Maxillarias son un género  establecido en 1794 y bien conocido por la facilidad de cultivo de sus muchas especies, entre 600 y 700, aunque varios estudios recientes proponen la división en nuevos géneros basándose en características comunes de algunas de las especies. La mayoría son epífitas, aunque también hay litófitas y algunas de hábitos terrestres y sus bulbos pueden ser unifoliados, bifoliados e incluso trifoliados y con tamaños desde plantas muy pequeñas a otras de gran tamaño y con flores generalmente pequeñas pero en ocasiones muy vistosas. La mayoría de las que se encuentran a la venta son apropiadas para el cultivo en invernaderos templados o calientes y con alta humedad.
La Maxillaria rufescens Lindl. 1835 fue descubierta en la Isla de Trinidad y es posible encontrarla en numerosos países de la zona: Colombia, Brasil, Venezuela, Guatemala, Bolivia o Ecuador, por ejemplo. Es una epifita de bulbos unifoliados que crece en bosques húmedos hasta los 2.000 metros y gusta de una sombra ligera. Sus flores solitarias pueden ser de tonos amarillos, castaños, naranjas, rojizos e incluso blancos con un labelo generalmente con manchas rojizas y puede florecer en cualquier momento del año, ya que sólo necesita un ligero descanso en invierno. Puedes encontrarla a la venta con varios pseudónimos: Maxillaria fuscata, M. rugosa, M. articulata, M. vanillodora, M. abelei, M. acutifolia, Camaridium rugosum o Mormolyca rufescens. (Ref. Wikipedia, R. Bellone, orchidspecies.com).



En la secuencia de fotos inferior puede verse el botón floral del tamaño de una cerilla y la apertura de la pequeña flor estrellada que en mi planta son de tonos castaños con labelo amarillo y manchas granates. Tienen un corto pero fuerte peciolo y surgen de la base de los bulbos, casi a ras del sustrato. Estuvo en flor durante los meses de enero y febrero.


Compré la planta, en tiesto de barro (foto inferior) y sustrato de cortezas a Bourguignon (España) en julio de 2010 y floreció a finales del invierno del año siguiente por primera vez. Está situada en un lugar del orquideario con sombra ligera proporcionada por helechos colgantes y otras plantas de mayor tamaño, entre ellas algunas Maxillarias, sobre un lecho de bolas de arlita húmedas y la riego abundantemente durante todo el año, excepto en el período de noviembre a enero. La fertilización debe ser moderada pero constante y conviene mantener una humedad en torno al 70% y pulverizarla o ducharla en los meses de verano. Le gusta el calor y en invierno es conveniente que no baje durante períodos largos de los 15 grados. Puedes montarla en placas de corcho con algo de musgo, teniendo cuidado de que las raíces no se sequen y manteniendo una buena ventilación sobre todo en otoño e invierno en que la humedad del orquideario llega al 100% con frecuencia. En maceta de barro también se siente a gusto pues el barro poroso permite un intercambio de humedad con el calor y permite respirar mejor a las raíces.

Este año, la he trasplantado para cambiar el sustrato que ya estaba muy degradado y empezaba a apelmazarse y he aprovechado para dividir la planta en dos (fotografía superior) y replantar la porción mayor con 5 pseudobulbos en el mismo tiesto y la pequeña con 3 pseudobulbos en una maceta de plástico transparente en esta ocasión, para ver la evolución en este material (fotografías inferiores). El sustrato a base de cortezas de pino de grado medio, poliestireno expandido, arlita en el fondo para el drenaje, unas hebras de sphagnum y un poco de carbón vegetal. 


Cuando trasplantes o dividas orquídeas, utiliza herramientas afiladas para no producir desgarros, limpias y desinfectadas, aprovecha para sanear las raíces en mal estado, retirar las partes secas o dañadas de las hojas o pseudobulbos y pulveriza las raíces y los cortes con un fungicida convencional o canela en polvo. No reutilices el sustrato viejo, añádelo al montón de compost porque estará muy degradado, saturado de sales de los fertilizantes y puede ser fuente de infecciones o contener huevos de gasterópodos o insectos. Coloca la planta con los pseudobulbos más viejos pegados al borde de la maceta para que los nuevos crecimientos tengan espacio para desarrollarse. No apelmaces el sustrato, simplemente que la planta quede firme sin caerse. Si las hojas o los crecimientos son horizontales y la maceta tiende a volcarse, puedes colocar en el fondo una capa de guijarros de río lavados o trozos de piedra de lava u otros materiales que ayuden a que la maceta esté estable. Sitúa las plantas en las nuevas macetas o soportes en un lugar sin luz fuerte, con humedad moderada y deja pasar al menos una semana antes de regarlas. No aportes fertilizantes hasta pasados dos o tres meses.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Mantillo de hojas de roble (Sustrato para orquídeas terrestres)

En la entrada del 2 de septiembre están los detalles de la preparación casera del mantillo de hojas de roble, un sustrato ligero, poroso y nutritivo, ideal para las orquídeas terrestres que viven en suelos parecidos en los bosques, a los pies de los árboles donde se descomponen lentamente las hojas caídas. Han transcurrido aproximadamente 18 meses desde que empezó el proceso de compostaje, el volumen de las hojas ha ido menguando a medida que se transformaban y el resultado es el que se ve en la foto inferior.


 Una vez recogido el sustrato resultante, conviene desmenuzarlo con las mano y cribar el material para retirar los trozos de hojas compactadas que aún no se han descompuesto totalmente. Estos materiales los volveremos a colocar en el fondo de la malla utilizada para el compostaje, en contacto directo con el suelo. Servirán para activar el proceso cuando echemos nuevas hojas, por el alto contenido en bacterias y mircroorganismos, no siendo necesario así el aporte de acelerantes de compost químicos. Si empezáis de cero, podéis sustituirlo por unas paletadas de tierra ya descompuesta del lugar donde recojáis las hojas de los robles (hayas, encinas u otros árboles similares).  
                                                                                   

Podéis recoger algunas lombrices de tierra del jardín o de alguna huerta cercana o terreno húmedo donde abundan y echarlas al montón de compost, ellas contribuirán al procesamiento de las hojas que, como hemos comentado, viene a durar entre 15 y 24 meses, en función del tipo de hoja, la humedad ambiental, la colocación del montón y los cuidados dispensados, básicamente mantenerlo húmedo y removerlo cada cierto tiempo para facilitar la aireación del montón y la mezcla de los materiales. Coloca en el fondo unos 10 cms. de trozos de ramas de distinto grosor para facilitar el drenaje. Si tienes chimenea de leña puedes añadir un poco de ceniza, en cantidades pequeñas y bien mezcladas que aportarán potasio que fortalecerá las plantas frente a enfermedades y ayudará al buen desarrollo de flores y semillas. Algunos géneros que gustan del mantillo de hojas son: Ansellia, Bifrenaria, Bletia, Calanthe, Catasetum, Coryanthes, Cycnoches, Cymbidium, Cyrtopodium, Disa, Elleanthus, Euchile, Eulophia, Habenaria, Jumellea, Ludisia, Myrmecophila, Oeceoclades, Paphiopedilum, Phaius, Phragmipedium, Pleione, Sobralia, Spathoglottis, Spiranthes, Vanilla o Zygopetalum.



Para utilizarlo, mézclalo, dependiendo de la especie, con algo de arena gruesa de río, bien lavada, trozos de corteza de pino pequeños y desmenuzados y algo de carbón vegetal. No necesitan sphagnum, pues el mantillo retiene suficiente humedad y el aporte de fertilizantes también debe ser menor, porque el sustrato contiene suficientes nutrientes al menos para el primer año de siembra. Es un proceso lento, pero no requiere mucho esfuerzo ni espacio, basta medio metro cuadrado de tierra de jardín sobre el que amontonar las hojas secas recogidas y un poco de malla plástica para hacer el contenedor en un sitio ligeramente sombreado. Es un proceso de reciclaje natural que tus orquídeas te agradecerán creciendo sanas y fuertes en este nutritivo sustrato.